Cómo saber cuándo una obra artística está terminada
Crear arte es un viaje personal, lleno de emociones y decisiones que van moldeando la obra. Si siempre te has preguntado cómo saber cuándo parar, cuándo puedes dar por terminado un trabajo pictórico, bienvenid@ al club. Tod@s l@s artistas pasamos por esa situación cada vez que creamos. Pero a lo largo del tiempo he aprendido algunas claves que me ayudan a tomar esa decisión y que me gustaría compartir contigo por si te pueden ayudar ;)
Mi experiencia con el proceso creativo
En mi opinión, si trabajas arte figurativo es más sencillo saber cuándo una obra está terminada. O por lo menos, a mí me resulta más fácil. Normalmente el proyecto primero se boceta, se hace un encaje de composición, forma y color y se va trabajando poco a poco hasta llegar a ese “resultado final” que tienes en la cabeza o esbozado en papel. Cuanto más realista o hiperrealista sea la obra más obvio es el final, al menos en cuanto a forma y técnica.
Pero, ¿y si trabajas abstracto o semiabstracto?¿Y si trabajas sobre la marcha, experimentando? ¿O si estás buscando algo que no sabes lo que es? Ahí el panorama cambia. Cada obra que empiezo nace de una idea, una imagen mental o una emoción que quiero plasmar. Pero el trayecto nunca es lineal. A medida que avanzo, surgen dudas, ajustes, situaciones inesperadas y cambios de opinión. De repente te encuentras a ti mism@ en un lugar dónde ya no sirve una foto de referencia, o un modelo real o un boceto, estás sol@ frente a un camino que no sabes a dónde lleva o cuándo termina.
Señales que me indican que una obra está acabada
A base de pintar y pintar vas aprendiendo. No existe una fórmula mágica, y la experiencia y la intuición personal tienen mucho que ver. Y aún así a veces el trabajo se va a la mierda y pasa a formar parte de tu rincón de descartes o directamente al reciclaje. Sin embargo, con el tiempo he aprendido a identificar ciertos signos que me indican que mi obra ya está lista para ser compartida con el mundo.
- Me transmite lo que quería expresar. Cuando miro la pieza y me provoca la emoción que quería comunicar o el mensaje se ve claro, sé que ha cumplido su objetivo.
- La composición se ve equilibrada. Nada sobresale de forma involuntaria y cada elemento parece estar en su sitio, en armonía visual, y técnicamente la veo correcta.
- Dejo de sentir la necesidad de hacer cambios. Si siento que no necesito modificar o añadir nada, es un buen indicio de que está finalizada.
Tomar distancia: Mi mejor estrategia
Una de las mejores cosas que he aprendido es a tomarme un descanso antes de dar por finalizada una obra. Alejarme unos días y volver con ojos frescos me permite ver si realmente necesita ajustes o si simplemente estoy cayendo en la trampa de la «perfección eterna». Me ha pasado también que esos días se han convertido en semanas, esas semanas en meses y a veces he terminado obras dos años más tarde o directamente se ha quedado a vivir en el rincón de los inconclusos, a la espera de una futura intervención.
¿Pedir opiniones externas? Depende…
A veces, estamos tan inmersos en nuestro propio trabajo que perdemos la objetividad y puede que una segunda opinión nos pueda ayudar a ver aspectos en los que no hemos reparado. Pero claro, lo ideal sería preguntar a alguien con conocimientos artísticos o con cierto criterio estético, y no siempre existe esa persona a nuestro alrededor. Ten en cuenta que el gusto personal es muy relativo, pero puede que otra visión te ayude a avanzar.
Personalmente no suelo hacerlo. Mientras estoy trabajando en una obra prefiero guiarme por mi propia intuición y criterio personal.
Ejemplos de grandes artistas y su visión sobre el final de una obra
Leonardo da Vinci y su perfeccionismo infinito
Se dice que da Vinci nunca dejó de retocar la Mona Lisa hasta el final de sus días. Su famosa frase «El arte nunca se termina, solo se abandona» refleja este dilema que muchos vivimos.
Pablo Picasso y la expresión inmediata
Picasso, en cambio, creía en capturar la energía del momento. Para él, una obra estaba terminada cuando lograba transmitir la emoción deseada sin necesidad de adornos extra.
Dos obras mías “no terminadas”
He dudado en muchos trabajos, pero estas dos obras son un par de ejemplos destacados de las situaciones con las que me he encontrado.
En la primera, mi idea no era hacer este bodegón, mi intención era seguir pintando y completar la imagen, pero a medio camino me di cuenta que la obra ya funcionaba, que dejar parte del lino crudo a la vista además le aportaba frescura y originalidad y contrastaba con las zonas cromáticas fuertes. De todos los bodegones que tengo este es mi favorito con diferencia.
En la segunda pintura estaba trabajando una idea relacionada con el mar, en la que coexistían un fondo marino, medusas y la textura de un casco de barco oxidado. Quería trabajar la pintura como si fuera acuarela, a través de escurridos y barnices, generando un entorno fluido. Llegado al punto que veis, dudé en cómo seguir, me gustaba como estaba pero a la vez sentía que le faltaba algo. Dejé el cuadro en barbecho, pasaron las semanas y seguía sin verlo. Hice pruebas en papel y nada me convencía. Este lienzo estuvo un año parado. Finalmente llegué a la conclusión de que lo que no quería era perder las transparencias y las texturas que había generado y más pintura hubiera significado tapar. Así que decidí darlo por terminado.
Mis consejos finales para saber cuándo detenerse
- Deja reposar tu obra y vuelve a verla con nuevos ojos.
- Descontextualízala, hazle una foto y obsérvala fuera de tu entorno de trabajo, como si fuera el trabajo de otra persona.
- Gírala en diferentes posiciones para ver si funciona la composición.
- Menos es más. Si crees que ya funciona aunque todavía no esté terminada, déjala. No caigas en la trampa de seguir retocando la pintura, hay veces que no se puede ir hacia atrás y no existe el Ctrl+Z.
- Confía en tu intuición.
Saber cuándo una obra está terminada es un aprendizaje continuo. Cada artista desarrolla su propio método y confianza en su proceso. Si tu obra refleja lo que querías transmitir, entonces ya está lista. Ten en cuenta que el arte no busca la perfección, sino la expresión genuina y sobre todo, disfrutar del camino :)