Somos imperfectos. Quizás el ser imperfecto es la mayor perfección a la que pueda aspirar una persona. Y de eso va esta colección. Que está bien ser así. Aunque estemos hechos a trozos, que tan ni siquiera nos pertenezcan. Aunque la sociedad imponga sus exigencias con cánones de belleza y estilismos imposibles. El fallo, la mancha, el rasgo distintivo…toman el protagonismo y son los que dan valor al individuo y lo ensalzan.